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Proteger el coche de las heladas: ojo a las bajas temperaturas

escrito por @Benga!

9 de noviembre de 2021 // 8 min de lectura

Con la llegada del invierno, son más frecuentes las heladas, la humedad y el descenso de las temperaturas, y todas estas condiciones, pueden afectar directamente al funcionamiento de nuestro coche.

En este post, te contamos acerca de las piezas de los vehículos que pueden verse más afectadas por el frío, y las averías más comunes cuando caen las temperaturas. Te adelantamos que debes estar alerta y prestar especial atención ante posibles fallos en la batería, los problemas con la lubricación del motor, el mal funcionamiento del sistema de calefacción, y la rotura de las gomas del limpiaparabrisas entre otros.

Las averías más comunes y los nuestros consejos para proteger tu coche del frío

La batería
De entre todos los elementos mecánicos de nuestro coche, la batería es uno de los más sensibles a las bajas temperaturas. El frío puede hacer que aquellas que ya llevan varios años instaladas, se descarguen de golpe y pierdan su capacidad para recuperarse, por lo que es posible que incluso no consigamos volverlo a arrancar.

Para evitar estos problemas, aconsejamos proteger el coche de las temperaturas muy bajas (aparcar a cubierto o en interior), así como comprobar el estado de la batería en el taller y reemplazarla en caso de que la instalásemos hace más de 5 años.

El motor

Con las bajas temperaturas, otras piezas y fluidos (aceite, frenos, líquido de dirección o de frenos) también sufren, ya que, si no consiguen alcanzar un mínimo de temperatura, no son capaces de funcionar correctamente. Por este motivo, deberíamos calentar el motor al ralentí, de manera que se lubrique correctamente la estructura del coche para no dañar las piezas móviles.

El líquido refrigerante

Otra recomendación que te damos para proteger tu vehículo del frío es revisar de manera periódica el estado del refrigerante. La principal función de este elemento es absorber el calor del motor para evitar sobrecalentamientos. Además, este líquido también tolera temperaturas muy bajas, protegiendo las piezas de un posible congelamiento en invierno.

No obstante, con el paso del tiempo, el líquido acumula impurezas y va perdiendo sus propiedades anticongelantes. Es decir, si hace mucho tiempo que no lo cambiamos puede que no esté haciendo del todo bien su función.

Además, especialmente para los conductores que viven en zonas con temperaturas bajo cero, se aconseja comprobar tanto su nivel como color. Si el líquido presenta un color vivo, como por ejemplo amarillo, rojo o verde, podemos descartar un posible “peligro”. Por el contrario, si su color es más traslúcido o sucio (residuos o mezcla con agua desionizada), nos indica que sus capacidades anticongelantes han sufrido un deterioro. Por ello, y en caso de duda, recomendamos que cambies totalmente el líquido refrigerante-anticongelante por uno nuevo.

Por último y como hemos comentado anteriormente, a parte de este fluido, muchos otros pueden verse afectados por las bajas temperaturas (aceite, el líquido de dirección, frenos etc.) Todos ellos son esenciales para que tu coche circule correctamente, así que no olvides revisar el estado de cada uno de ellos.

El sistema de calefacción y aire acondicionado

Acciones como realizar una limpieza a fondo o cargar de nuevo el circuito, son opciones que podemos plantear para evitar que aparezcan residuos sólidos u obstrucciones que afecten el radiador.

Y es que el radiador de la calefacción de nuestro coche es pequeño y se pueden producir tapones con frecuencia debido a residuos sólidos que puedan flotar por el circuito.

En caso de que esto ocurra, podemos hacer una limpieza con la ayuda de productos desincrustantes. No obstante, en caso de duda, te recomendamos acudir a nuestros talleres para que nuestros expertos puedan realizar una correcta inspección y mantenimiento del coche, así como una minuciosa limpieza del radiador de calefacción y el circuito de refrigeración del coche.

El limpiaparabrisas

El limpiaparabrisas es el elemento fundamental sobre el cual depende nuestra visibilidad al volante, y por esta razón, debemos mantenerlo siempre en buen estado.

Su uso hace que las gomas se desgasten, y, los cambios bruscos de temperatura tienen el mismo efecto. Es más, en invierno, éstas pueden congelarse y pegarse al cristal. Si esto sucede e intentamos separarlas a la fuerza, podríamos romperlas. Por ello, nuestros consejos para evitar esas situaciones son:

– Evitar que los limpias estén en contacto con la luna para que la goma no se endurezca y cuartee. Es decir, siempre que podamos, deberíamos levantar las escobillas de los limpiaparabrisas para evitar que la goma se quede pegada a cualquiera de las lunas.

– Comprobar que el líquido lava parabrisas aguante en estado líquido a unos cuantos grados bajo cero, ya que en caso de que se congele, no podremos utilizarlo hasta que el calor del motor lo derrita.

Los neumáticos

Cuando la carretera se encuentra en malas condiciones debido a la presencia de agua o hielo, nuestro coche tiene más posibilidades de sufrir “aquaplaning”. En nuestro post acerca de Conducir con mal tiempo, las recomendaciones y medidas preventivas a tomar hablamos sobre este fenómeno y te damos las pautas para que actúes de la manera correcta si ocurre

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