Guia y recomendaciones
Conducir por carreteras secundarias de manera segura
escrito por @Benga!
En nuestro país, a diferencia de las vías de alta ocupación, como autopistas y autovías, las vías secundarias (convencionales) cuentan con ciertas peculiaridades y riesgos añadidos que han hecho que sean consideradas como más peligrosas. Prueba de ello, es el dato de la DGT que indica que aproximadamente el 75% de los fallecidos en accidentes de tráfico se producen en este tipo de vías. Es más, el pasado año 2019, dejaron un total de 800 fallecidos.
Adicionalmente, durante el mes de agosto (especialmente las últimas semanas) se suelen producir el mayor número de desplazamientos en coche por las diferentes carreteras, entre ellas, las de tipo convencional. Por ello, es fundamental conocer las características de este tipo de vías.
Características de estas carreteras
La red de carreteras secundarias o convencionales es la más extensa de España con alrededor de 148.396 kilómetros, sobre un total de 165.624 kilómetros que componen la infraestructura viaria.
Éstas son consideradas como peligrosas debido a una serie de características: generalmente cuentan con un único carril por sentido (resulta necesario invadir el carril contrario para adelantar), las intersecciones o cruces suelen estar al mismo nivel, cuentan con más desperfectos y trazadas en peores condiciones dada su antigüedad, y muchas se encuentran en tramos montañosos, tienen numerosas curvas (en muchos casos cerradas) y carriles estrechos.
Por otro lado, estas carreteras son muy frecuentadas por peatones, ciclistas o animales.
En cuanto a los tipos de accidentes que se producen con más regularidad en estas vías, según la DGT, encontramos: salida de la vía (39% de los fallecidos), colisiones frontales (23%), colisión fronto-lateral (12%), atropello a peatones (11%) y colisión trasera (9%).
Claves para circular por carreteras secundarias
-Según la normativa, la velocidad máxima genérica en carreteras convencionales no debe ser superior a 90 km/h. No obstante, debemos adaptar la conducción a las características en las que se encuentre la vía, por ejemplo; curvas, cambios de rasante, calzadas estrechas…
–Conducir lo más próximo al margen derecho posible. De esta manera se facilita la visibilidad y los posibles adelantamientos de otros conductores, ofreciendo una mayor seguridad a los conductores que circulan por el carril contrario. Aún así, recuerda no sobreasar la línea que delimita el carril.
–Mantener la distancia de seguridad, tanto para contar con el tiempo de reacción suficiente ante una emergencia o imprevisto, como para facilitar la incorporación al carril de otros vehículos.
-Es aconsejable circular con luces durante el día. Esto implica una mayor garantía facilitando que otros usuarios de la vía vean nuestro vehículo, sobre todo en tramos de montaña. Además, la visibilidad e iluminación en estas carreteras suele ser menor que en el resto de las vías, por lo que recomendamos revisar el sistema de iluminación y su correcto funcionamiento si emprendes un viaje, especialmente largo, por estas carreteras.
-Adelantar con seguridad y cautela. Señaliza con el intermitente y de manera decidida en cada adelantamiento, y hazlo pisando el acelerador para no invadir el carril contrario por más tiempo de lo necesario. Si consideras que no cuentas con la distancia o tiempo suficiente, es más seguro que mantengas una conducción tranquila y te adaptes al vehículo que circula por delante hasta que encuentres una oportunidad más segura para maniobrar.
-Tener precaución con animales y/o ciclistas. Es muy común que las carreteras secundarias estén señalizadas e indiquen si la presencia de animales en libertad y/o ciclistas es frecuente. En ese caso, cuando ciclistas, peatones o animales comparten la vía, debes reducir la velocidad y mantener la distancia lateral (mín. 1,5 metros) antes de adelantar.
¡Anticípate! Mientras conducimos, se espera de nosotros que tengamos los 5 sentidos activos. En estas vías debes estar aún más concentrado, visualizar el entorno y estar atento para poder reaccionar a tiempo ante cualquier circunstancia complicada.